Los agentes de inteligencia artificial (IA) o ‘IA agentiva’ son, en palabras llanas, sistemas autónomos que perciben y actúan en su entorno para alcanzar objetivos en aras de mejorar los procesos organizacionales.
Un agente de IA se compone de varios elementos clave, como la entrada del usuario o las instrucciones del ser humano, el entorno en el que opera (que puede ser físico o digital), sensores (que le permiten percibir su entorno), un centro de control (que incluye algoritmos y modelos complejos), perceptos (los datos que recibe sobre su entorno), efectores (las herramientas que utiliza para actuar, que pueden ser brazos robóticos o comandos enviados a otros sistemas de software), y las acciones (cambios realizados por los efectores).
El informe «Navigating the AI Frontier», de Foro Económico Mundial y Capgemini, incluye cinco aplicaciones reales de los agentes de IA en sectores que van desde el desarrollo de software y la educación hasta las finanzas, la atención al cliente y la sanidad, la mejora de la detección del fraude, la personalización del aprendizaje y la mejora del diagnóstico y el tratamiento de los pacientes.
Por ello, muchas empresas tecnológicas están desarrollando estos agentes de IA, y están listos para revolucionar industrias y redefinir la productividad. A medida que los agentes de IA se vuelven más hábiles en razonamiento, planificación y autoevaluación, podrán realizar tareas que van más allá de las habilidades de los usuarios, como la programación especializada, o encargarse de tareas tediosas de manera rápida y a gran escala.
Por su parte, en un mundo donde hay escasez de talento, los agentes de IA pueden ayudar a cerrar las brechas de habilidades en diversas industrias, donde la experiencia humana es escasa o está en alta demanda.
Además, con mayor autonomía, los agentes de IA pueden enfrentar desafíos del mundo real, desde descubrimientos científicos hasta mejorar la eficiencia de la cadena de suministro y habilitar robots físicos que pueden manipular objetos y navegar en entornos físicos,
Riesgos de los agentes de IA y cómo se pueden abordar
Sin embargo, a pesar de su potencial, los agentes de IA presentan ciertos riesgos relacionados con limitaciones técnicas, preocupaciones éticas y los impactos sociales más amplios que surgen de su nivel de autonomía y el uso que se les da cuando los humanos no están involucrados.
Los riesgos técnicos incluyen errores y fallos, así como problemas de seguridad, como la posibilidad de automatizar ciberataques. La naturaleza autónoma de los agentes de IA plantea preguntas éticas sobre la toma de decisiones y la responsabilidad, además de los riesgos socioeconómicos relacionados con la posible pérdida de empleos y la dependencia excesiva.
Algunas medidas que las organizaciones deberían considerar para abordar los riesgos de los agentes de IA incluyen, según el Foro Económico Mundial:
- Mejorar la transparencia de los agentes e implantar la supervisión “human-in-the-loop”, que permite a los agentes trabajar de forma autónoma mientras expertos humanos revisan las decisiones una vez tomadas
- Establecer pautas éticas claras que prioricen los derechos humanos, la privacidad y la responsabilidad es fundamental para asegurar que los agentes de IA tomen decisiones alineadas con los valores humanos y sociales
- Priorizar la gobernanza de datos y la ciberseguridad antes de desplegar agentes de IA
- Implementar estrategias de educación pública y concienciación es esencial para mitigar los riesgos de dependencia excesiva y desempoderamiento en las interacciones sociales con los agentes de IA
El auge de los agentes de IA no es solo un cambio tecnológico; es una transformación en cómo conceptualizamos el trabajo y la colaboración entre humanos y máquinas. Al comprender las capacidades y limitaciones de los agentes de IA, y al implementar estrategias reflexivas para su despliegue, las empresas pueden posicionarse para aprovechar todo el potencial de esta tecnología innovadora mientras mitigan los riesgos asociados.
A medida que avanzamos, será fundamental encontrar un equilibrio entre aceptar la innovación y garantizar una implementación responsable. El futuro del trabajo está siendo transformado por agentes de IA, y quienes se adapten de manera inteligente estarán en la mejor posición para prosperar en este nuevo entorno.
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